Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

lunes, 3 de mayo de 2010

Hola, de nuevo.


Domingo, 2 de Mayo de 2010, fiesta por aquí. ¿En qué consistía la fiesta?.

Subir a un monte, dónde sólo había naturaleza y paz. No, no subíamos allí para hablar, ni para tirar fotos. No, subíamos allí para hacer el animal, el cerdo para ser más concreto. Bebíamos, bebíamos mucho, se conocía gente, mucha gente y tíos, MUCHOS tíos. (También tías, pero yo no me fijo en ellas, y menos en mis circunstancias) Sólo había tíos, tíos que estarían dispuestos a hacer cualquier cosa por tocarme el trasero (no quiero ser una fanfarrona, pero aquello era verdad)
Probablemente penséis que después de lo que me había dicho Sergio, haría todo lo posible por joderle. No era así.
Allí estaba él, ligando, riéndose a carcajadas con chicas que no eran YO, me estaba matando, poco a poco me moría de envidia. No me pertenecía, seguramente jamás me perteneciese, pero no quería que fuera de ninguna de aquellas chicas. En ese instante las odiaba a todas y cada una de ellas con todo mi ser.
No le dije nada, no le señalé, siquiera le insulté para desahogarme. NADA. Simplemente me quedé allí, sentada, con mi vaso en la mano. Sólo tenía unos pequeños hielos que se iban derritiendo poco a poco, derretirse, justo lo que hacía yo... Me derretía poco a poco por él, por un tío.

Jamás pensé que diría esto, pero le quería, le quería de verdad, le quería solo para mí. Quería volver a sentir su aliento en mi, sus manos, sus ojos clavándose en los míos. Quería ver su ropa interior esparcida por la habitación junto a la mía, quería oírle una vez más, oírle decir que me amaba. Quería que su boca se volviera a fundir con la mía. Pero eso no iba suceder.
Todo aquello se quedaría en mi cabeza para siempre, escondido, junto a los recuerdos de mis áticos parisinos. Aquella noche junto a Sergio estaría al lado del recuerdo de como se llamaba mi primer peluche. Willi, Willi y Sergio, No quedaban muy mal en mi cabeza.


Después de estás absurdas reflexiones de una niña enamorada. Decidí cambiar.
Hola, soy Olivia, tengo 16 años, y esta es mi historia. Una nueva historia en la que procuraría que el nombre de Sergio no fuera nombrado.

-Me mentía a mi misma, ese nombre sería nombrado, pero no una ni dos veces, sino muchas más, innumerables veces.

3 comentarios:

  1. Que mal pinta la situación...
    Espero que Sergio cambie, y si no es así, tranquila, habrá millones de Sergios en tu vida, no te des un mal rato.
    Un beso!!

    ResponderEliminar
  2. Aunque no lo quieras pronunciar, aunque no lo quieras recordar. Muy en el fondo sabemos que siempre su nombre, sus cosas, el, siempre esta!

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Sergio va a cambiar no te preocupes, de todas maneras se fuerte y afrontate a cada problema qe te afronte la vida, porque la vida nos enseña a superar cada obstaculo.
    Se fuerte y ayudale a cambiar.

    ResponderEliminar