Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

jueves, 29 de julio de 2010

Tarta de arándanos y refrescos de soda.


Tarta de arándanos con refresco de soda es lo que merendábamos una chica rubia y yo aquella tarde. Ana se quedaba el fin de semana en mi casa, decía que la hacía ilusión dormir junto a una pelirroja, así que acepté con mucho gusto. A las 4 de la tarde ya estaba llamando a la puerta con una pequeña maleta y el bikini puesto.
-¿Te has traído el bikini de lunares azules? ¿Por qué?
-Nunca me había bañado con una pelirroja.
-Pero ese bikini es nuevo.
-Quería enseñártelo. -sonrió y se quitó la camiseta- ¿te gusta?
-¿Para cuándo decías que me le dejabas?
-Nunca, tu ya tienes el de lunares rojos -se echó a reír- mariquita...
-Idiota.

Al meterme en la piscina, mi pelo adquiría un tono poco común en las cabelleras normales...Creo que es a causa de aquel tinte malo que me eché hace tan sólo 3 días, o quizás sea el sol, o el cloro...En resumen, mi pelo no era rojo cuándo estaba dentro del agua. Sin en cambio Ana seguía igual de rubia que siempre, creo que incluso más rubia.
Esa fue la razón por la que ella estaba la mayoría del tiempo en la piscina, mientras yo me conformaba con la hamaca.
-Venga métete, si el agua está buenísima...
-Ya, es por culpa del termo.
-¡Lo sabía! , el agua de mi piscina está congelada...
-Ana, tu no tienes piscina.
-Shh, no lo digas muy alto...¡Puede oírte alguien!

Creo que nos pasamos toda la tarde con tonterías como esa, una detrás de otra. Pero, sinceramente, no me sorprendía lo más mínimo, Ana era así. ¡Era la más mejor del mundo!.

Cuándo por fin salió del agua, saqué la tarta de arándanos que tanto la gusta y los refrescos de soda. Y empezamos a hablar de lo que ya se había convertido en "el tema clave de las tardes".
-¿Qué tal con Chema?
-Muy bien, genial, estupendo, le quiero más que a nada.
-Luego si quieres le llamamos y que se pase a darse un baño.
-Si si, por favor -comenzó a hacer pucheritos y yo empecé a reír.
-Vale, luego le llamo.
Hubo un breve silencio en el que aprovechamos para darle unos buenos mordiscos a la tarta y tragar un poco de soda.
-¿Y tú que tal con Sergio?
-¿Sergio?
-Sí, Sergio, bien ¿no?.
-No, nada bien. Mal, fatal diría yo.
-Pues ayer, en un parque, en un banco de un parque... Bueno, después de ver lo que vi ayer, no me atrevería a decir que estás mal. -empezó a reír y a mi se me quedo cara de siete.
-Esto...vale, ¿se puede saber que viste ayer?
-Él, ...intercambio salivar. -y en ese momento, soltó una laaaaaaaaaaarga carcajada.
-Que vergüenza, pensaba que no nos había visto nadie, -empecé a reírme también, muerta de la vergüenza y más roja que un tomate- ¿quién nos vio?
-No, esa no es la pregunta...
-¿Qué?
-La pregunta es...¿quién NO os vio?

Volvimos a reír durante un rato, y hubo otro silencio para darle un mordisco más a la tarta e ir a por otra lata de soda. Ana comenzó a hablar con la boca aún llena de tarta y los mofletes hinchados.
-¿Entonces? Si ayer estabais así...¿por qué dices que estás mal con Sergio?
-Hoy tengo muchísimas ganas de insultarle.
-¿Hoy? ¿Sólo hoy?
-Sí, hoy, mañana, quién sabe...
-Vale -cogió su teléfono y marcó un número.
-¿Qué haces?
-Insúltale.

Tuuuu.Tuuuu.Tuuuu.

domingo, 25 de julio de 2010

Qué alegría más tonta.


El juego se había puesto en marcha de nuevo. Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, que gozada, era lo mejor del mundo. Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que el costo, coca, crack, chutes, porros, hachís, rayas, petas, hierba, marihuana, cannabis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, LSD, éxtasis.

Mejor que el sexo, que una felación, que un 69, que una orgía, una paja, el sexo tántrico, el kamasutra, las bolas chinas. Mejor que la nocilla y los batidos de plátano. Mejor que la trilogía de George Lucas, que la serie completa de los Teleñecos, que el fin del Milenium.

Mejor que los andares de Emma Peel, Marilyn, la Pitufina, Lara Croft, Naomi Campbell y que el lunar de Cindy Crawford. Mejor que la cara B de Abbey Road, que los solos de Hendrix. Mejor que el pequeño paso de Neil Amstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papa Noel, la fortuna de Bill Gates, los trazos del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro, todos los chutes de testosterona de Schwarzenegger, el colágeno de los labios de Pamela Anderson. Mejor que Woodstock y las raves más orgásmicas, mejor que los excesos del marqués de Sade, Rimbaud, Morrinson, Castaneda...

Mejor que la libertad.

Mejor que la vida.

Y es que ahora, las gafas de sol, las tengo yo.


-Basado en la película "Jeux d' enfants".

martes, 20 de julio de 2010

P.dePelirroja.


Hace tan solo unos días regresamos de Ibiza, y no se porqué me siento mal, fatal, deprimida. Creo que es el no se qué-posvacacional ese... Es que Sara está mal porque Max se va, Chema está igual que Sara, Ana igual que Chema, Sergio igual que Ana y yo igual que Sergio. No acabo de acostumbrarme. ¿Cómo será?, ¿cómo será vivir sin el chico del pelo color limón?, ¿cómo será hablar entre nosotros sin escuchar ese acento Argentino que volvió loca a Sara?. Será duro, raro, triste.
Y así es como estoy yo, rara y triste.

Y para colmo, él está en la puerta. El chico de los ojos verdes y la sonrisa bonita espera en el descansillo de mi puerta con esa cesta de mimbre que tantos recuerdos traía a mi cabeza.
-Hola, pasa.
-¿Qué tal estás?
-No lo sé.
-Traigo fresas, chocolate, y ganas de abrazos. -sonrió con esa carilla de pillo que me vuelve loca, y no se me ocurrió otra cosa que soltar una risotada.

Seguimos la rutina de la primera vez, se sentó en el suelo con esa cestita de caperucita, sacó fresas y chocolate, y comenzó a hablar.
-Sabes que voy a estar aquí para todo lo que quieras, ¿verdad?
Y no pude más, me abalancé sobre él y comencé a llorar como no lo había hecho nunca antes. Él me abrazó y no sé cuánto tiempo estuve allí metidita, en su regazo...me sentía bien allí, cómoda, protegida, oía latir su corazón y gracias a eso mis lágrimas se iban secando.
-Ey, toma -me acercó una fresa bañada en chocolate, y yo saqué la cabeza de su pecho.
-¿Crees que estoy para fresas? -dije secándome las lágrimas.
-¿Vas a rechazar está perfecta fresa?
-No me apetecen fresas.
-Probablemente, estés rechazando la mejor fresa del mundo -reímos juntos- me la comeré yo, y te quedarás con la intriga toda tu vida.
-Vale, trae -le quité la fresa- sí, tenías razón, la mejor fresa del mundo.

Después de ese pequeño "lapsus melancólico" estuvimos toda la tarde con las fresas, hablando de Max, de qué ocurriría con Sara, y hablando de nosotros. Sí, en conjunto, no halábamos de él y de , halábamos de nosotros.
-Creo que necesito un cambio.
-¿Un cambio? - se extrañó bastante de lo que le dije.
-Si, un cambio.
-Vale, ¿adonde quieres ir? -reí mucho- en serio, tú dime dónde y yo te digo cuándo.
-No sé.
-Turquía, me gusta Turquía, vayamos a Turquía.
-No, creo que ese no es el cambio que necesito...me cortaré el pelo.
-¡No! ¡Jamás!
-¿Por qué no?
-Porque adoro tu pelo -pasó la mano por toda mi cabeza haciéndome una caricia- incluso cuando le tenías de azul me gustaba.
-Pe.
-¿Pe?
-Si, Pe.
-Pe...¿de pera?
-No, Pe de Pelirroja.
-Me gusta el rojo. -me miró a los ojos- Pero sigo pensando que deberíamos irnos a Turquía.
-No, ya lo he decidido, en dos días seré Pelirroja.

miércoles, 14 de julio de 2010

Summer Time.


Calor, arena, mar y ellas. Ibiza es genial, sencillamente genial. Todas las noches, fiesta, todas las mañanas, playa, todas las tardes, piscina y compras. Por decirlo de alguna manera, estamos viviendo la vida que todo el mundo querría vivir, (creo que se llama la vida del vago). Ciento cincuenta y dos, es el número de chistes que puedes contar en 2 horas, ¿cómo lo sé? Simplemente, lo sé. Setecientas ochenta y dos, son las gaviotas que han pasado por nuestro lado mientras tomábamos el sol. Ciento doce, son las parejas de enamorados que puedes contar en la playa en 2 horas, ¿cómo lo sé? Sé contar. Trescientas cuarenta y cinco. Es el número que más he odiado en estas vacaciones, el trescientos cuarenta y cinco. Trescientas cuarenta y cinco veces apareció su nombre en nuestras conversaciones, trescientas cuarenta y cinco. Max, Max, Max, Max, Max. Una y otra vez.
Sí, nos reíamos, cantabamos, bailabamos, tomábamos el sol, chistes, compras, sol, zapatos, chicos, alcohol, camisetas, bikinis, arena, olor a sal, tabaco, gaviotas, mirador, noche, tarde, pantalones cortos, estrellas, músicos ambulantes, tatuajes, lunas, vientres al aire, gritos, paseos, su nombre y lágrimas. Unas vaciones no deberían de ser así, en unas vacaciones no debería de haber lágrimas. Pero en estás las ha habido.Sara y Max no se hablan, y Ana y yo...Ana y yo ya no sabemos que decir.

-Siento no haber actualizado durante tanto tiempo, ya sabeís, con esto de las vacaciones no sabía cuando ponerme a escribir. Y aún así sin haber actualizado, llego ¿y qué me encuentro? 9O segidores y 2 premios. ¡GRACIAS!



Primero quería darle las gracias a Toxic Feelings ( barbiecanthink.blogspot.com/ ). En realidad, nunca me creé esto para que me diesen un premio, pero gracias, muchísimas gracias. Estaba teniendo problemas relaccionados con mi autoestima y mi blog...Esto ayuda mucho. (:
10 cosas que me hacen feliz
-Tirarme en una piscina de agua congelada.
-El sonido de la lluvia al golpear el suelo.
-Hacer la croqueta en medio de aquel parque.
-Que me mires con esos ojitos verdes.
-Leer los comentarios de todos vosotros, gracias.
-Que te abrazen sin que tengas que decir nada.
-Oir cómo la gente rie a carcajadas.
-Hablar con alguien a quién llevo mucho tiempo sin ver.
-Repartir gominolas sin razón por medio de la calle.
-Saltar y saltar y saltar intentando tocar el cielo con la mano

10 blogs-bloggers
-La lluvia cae sobre los tejados > eltiempoestaloco.blogspot.com/
-Caperucita con botas > caperucitayellobonosoncomolospintan.blogspot.com/
-Voy a comerte > sonriedisfrutasefeliz.blogspot.com/
-Sonrisas de elefante y lágrimas de cocodrilo > piruletadepapel.blogspot.com/
-En Abril y en París > lerouxjournals.blogspot.com/
-Ebrios de tantas cosas > mesaparadoos.blogspot.com/
-Amor envenenado > sabesloquemasmegustadeti.blogspot.com/
-Esperando dos pecas y un tiramisú > eesperandoo.blogspot.com/
-El tarro de mermelada > eltarrodemermelada.blogspot.com/
-Puntos suspensivos > enterthecircuschc.blogspot.com/

Vuelvo a repetir, Gracias. (:

martes, 6 de julio de 2010

Gracias a un sillón naranja.

Con un sillón comenzó todo, un sillón naranja de dos plazas en un pequeño piso de un matrimonio con un hijo argentino llamado Max. Creo que miento, en realidad, todo había comenzado muchísimo antes. Con un sillón naranja terminó todo.

Mañana nos vamos a Ibiza durante 15 días. 15 días, que se pueden hacer muy
l a r g o s , muy cortos, muy calurosos, muy lluviosos...muy...contrarios. Así es que Sara le quería regalar algo a Max para su despedida. ¿Qué le regaló?. Creo que una de las mejores tardes de su vida. Y como yo no soy Sara, mejor os dejo que lo cuente ella.

A las 4 de la tarde en la plaza mayor. Sí, sé que es pronto, pero es un adiós durante unos cuántos días así que quiero estar con él el mayor tiempo posible. Esos ojos azules acompañados de un pelo color limón aparecieron por la entrada de la plaza a las 4 menos 10 minutos. Llegaba pronto, como siempre. Y yo ya le esperaba. Comenzamos a andar por el pueblo, y a hablar. Sobre todo, sobre nosostros y sobre el verano.
-Me voy a tirar a un ibicenco nada más llegar.
-Si en verdad, es lo que quieres -sacó esa sonrisita que me mata.
-Ven aquí
estúpido - le planté uno de esos besos cortos que te dejan con ganas de más, muchos más - sabes que cómo no hay ninguno.
-Te voy a echar de menos - se le quitó la sonrisa de la cara.
-Sólo son dos semanas, creo que podrás superarlo - le agarré la mano. Y él la apretó aún más fuerte.
-Dos semanas, dos meses, dos años...que más da, no estaremos juntos. - me miró - ¿vamos a mi casa?
-A ver la película de Nemo.
-Con palomitas y
nestea- aceleramos el paso, no sé por qué, estábamos deseando llegar.

Su casa era bonita, siempre me ha gustado. Un pisito pequeño pero confortable, tenía muchas ventanas por las que entraba la luz del sol. Y un sillón naranja que mi trasero ya había probado en otras sesiones de cine. Creo que lo más grande del piso de Max, era la televisión. Su padre es aficionado a las películas, creo que eso lo explica todo.
Bajó todas las persianas, colocó las
palomitas en la mesita frente al sillón y Nemo comenzó.
-Sabes que te quiero - me miró.
-Sabes que me gustas mucho - le miré - pero Nemo también me gusta, y quiero verla - y giré la cabeza riéndome hacía el televisor.
-Hay miles de días para ver Nemo, pero quién sabe si...-bajo la mirada y dejó de hablar.
-¿Quién sabe si qué? - le cogí por la barbilla y me acerqué a su cara, mirándole fijamente a los ojos, esos ojitos azules - Max, son tan sólo 15 días, y no, no voy a dejarte por un ibicenco. Tú eres tú, y te quiero, te quiero mucho y no voy a dejarte por nada de este mundo.
-¿Por qué me quieres? -sonrió- tengo
muchos defectos.
-Por eso mismo
te quiero, porque conozco todos y cada uno de tus defectos, y son bonitos hasta el más no poder -sonreí- así que tus virtudes ya...buff!

Se acercó a mis labios y me besó. Pero no, no era un beso de los de antes, no era de los que te dejan con ganas de más. Era uno de esos besos que nunca olvidas. Entrelazamos nuestros brazos y comenzó a hacer demasiada calor en ese piso. Camisetas y pantalones fuera, ropa interior también.
Los minutos,
¡qué digo minutos!, las horas pasaron tan rápidamente que no nos dimos cuenta de que sus padres estaban a punto de llegar. Pero aún sabiendo que entrarían por la puerta en cualquier momento, nos quedamos allí. Sentados en aquel sillón naranja. Uno sobre el otro y mirándonos a los ojos fijamente.

Finalmente, decidí que ya era hora de irme. Recogí mi ropa y cuándo comencé a vestirme me di cuenta de que no tenía mi camiseta. Maldita sea,
¿tan lejos la había tirado que ahora no la encontraba?
-Voy a tu habitación a por una sudadera - llegué a la puerta de su habitación - ¿me la dejas verdad?
-¡Espera!
-¿No me vas a dejar una sudadera?
-No
-¿No?

-No no, quiero decir que ya la cojo yo. - se apresuró a levantarse y se abalanzó hacia la puerta.
-No te preocupes, me sé tu habitación de memoria. -abrí la puerta.
-Pero es que hoy está todo muy desordenado, mejor no entres. -intentó cerrarla.
-Que raro eres a veces -entré- ¿maletas? ¿por qué esta toda tu cama repleta de maletas? ¿y tus cosas? - miles de preguntas invadían en aquellos momentos mi cabeza. Tantas, que no sabía ni como formularlas.
-Sara, vuelvo a Argentina.

jueves, 1 de julio de 2010

Destino: Ibiza.

Y es que lo necesito. Necesito esas puñeteras vacaciones. Necesito alejarme de todo esto, alejarme de él. Creo que esto que me ocurre tiene un nombre, paranoia. Sí, me estoy volviendo paranoica. Le veo en todas partes, como diría mi abuela: ¡Está incluso en la sopa!.
Me paso horas y horas tumbada en la cama con esas malditas gafas de sol en la mano. ¿Qué hago? no lo sé. Ana se tumba a mi derecha, Sara a mi izquierda, y yo no suelto las gafas de sol.

Ya no hablamos, ya no salimos, ya no reímos. En cuestión de dos días todo a cambiado mucho. Ana está con Chema y Sara con Max, van a la piscina, quedan por las noches, se ríen, se ríen mucho. Y yo sigo en la cama con las gafas de sol pensando en que reto proponerle. ¿Por qué? Por que no me hace caso, porque ya no me mira, ya no me llama, ya no me habla. Ni aun paseándome por la calle sólo con unas bragas verdes (de esas fosforitas) y una maceta en la cabeza, se fijaría en mi.

Sinceramente, me siento estúpida, ridícula, utilizada. Esa es la palabra correcta, utilizada. Ahora se interesa más por aquella chica rubia con esas pecas tan bonitas, o por la morena que tiene unos ojos enormes. También está aquella pelirroja con flequillo y la castaña que siempre lleva trenzas. ¿Y yo? No, no yo estoy en su lista de "másqueamigas". Me equivocaba, me equivocaba mucho.
Sergio siempre fue un capullo, y aunque pensaba que había cambiado, creo que siempre será un capullo.

Así que he decidido irme a Ibiza a tomar unas vacaciones junto con Sara y con Ana. Una maleta gigante, ropa, mucha ropa, protección solar, mi cámara de fotos, unos cuántos bikinis, y aquel pintalabios rojo que me compré ayer.
-Ya está decidido. Antes de irme, le devolveré a Sergio sus gafas de sol sin proponerle ningún reto. Él gana.