Los diarios normalmente son secretos, pero el mio no es un diario normal. Es todo vuestro.

viernes, 9 de mayo de 2014

Hablemos de sexo, drogas y rock and roll



He sacado los tacones y el pintalabios rojo que tenía escondido en lo más hondo del armario. Vuelvo a dejar marcas en cuellos perdidos. Para intentar encontrarme. Para vivir. Para matarme. 
Al menos así, aunque sólo sea por un momento, no me acuerdo de ti.

También he vuelto a follar con desconocidos, y ahora duele el corazón más que nunca. ¿Por qué lo hago? No me lo preguntes, ni lo sé, quizás para evitar todas aquellas preguntas que no sé contestar. Mejor decir "no" a un desconocido. 

Ahora viajo, lejos, muy lejos, sin moverme ni un centímetro. Simplemente, inhalo, cierro los ojos y cada noche veo las estrellas con alguna que otra carcajada de fondo. En fin, esto es la vida, morir poco a poco ¿no? Y qué mejor forma de morir que entre estrellas y risas.
Recuerdo cuando era pequeña y quería tener alas para poder volar. Recuerdo cuando me cortaste esas alas. Ahora tengo que liarme un peta para poder surcar el cielo y rozar un poco lo que era la felicidad. Y lo cierto es que no me hace falta nada más, ni si quiera buena compañía.

Seguiremos muriendo, cada vez más deprisa, pero mientras sigamos en esta puta vida, deberíamos bailar.

(Y si es con las canciones que se esconden en este texto, mejor. Click en las palabras grises.) 




-Desde que te largaste, tengo miedo de no poder volver a escribir bonito.