A veces, para encontrarse a uno mismo, hace falta perderse. Tras recorrer 816 kilómetros, encontramos el lugar más bonito del mundo para perdernos (encontrarnos).
Créeme, fue precioso. Imagina: mar, risas, camas deshechas, fotos ridículas, corazones curados y cerveza. Es como un sueño hecho realidad. Es como nuestro sueño, y creo que estoy tan feliz por haberlo realizado sin ti.
Poco a poco me doy cuenta de que no eras tan imprescindible, que sigue amaneciendo, seguimos bailando y seguimos riendo. Eso es más que suficiente para ser un mucho feliz.
Huele a sal y un poquito a sol. La vida sigue. Y al fin le he echado suficientes cojones para seguir con ella, porque, en fin, es mi vida ¿no? Quien mejor que yo para manejarla...
Este es el primer baño salado de mi vida sin ti, y te lo dedico. Disfrútalo, ojalá todo te vaya tan bonito como me va a mi ahora.
-Gracias Girona por darme esta oportunidad. Gracias A. y J. por acompañarme en ella.
-Sólo se trata de morir o matar.